miércoles, 22 de junio de 2016

Un día inolvidable. Pero ….pero.
Sería una tarde noche inolvidable, que quedaría marcada en la memoria de los miles o millones de televidentes que mirarían el partido de football entre las selecciones Estados Unidos de América y Argentina. Pero algo pasó. Como decían mis abuelos, siempre hay imprevistos.  No importó cuan celosos estuvieron los controles en todas las líneas. Algo pasó que se filtró eludiendo controles afuera y dentro del estadio, y aunque fue fugaz como un destello quedó registrado. Al fin y al cabo jugaban contra Argentina, que para esta copa América vino resuelta a pelear la final.
Argentina ganó, y ganó bien, en todo momento impuso jerarquía, individual y grupal. Pero algo pasó que se les escapó de las manos a los organizadores. No pudieron parar a Messi. Comenzaba el segundo tiempo, los espectadores, el árbitro, cuerpos técnicos, periodistas, fotógrafos, y los jugadores estaban dispuestos. El cuerpo técnico y los jugadores del equipo local analizaron como harán para contener a Messi. Pero, tampoco pudieron parar al espectador que entró al campo de juego y corrió hacia el ídolo. Por cierto que rápidamente, como si fuera otro Messi, el director de cámaras sacó de pantalla el suceso y mostró las tribunas en lugar de mostrar que sucedía en el campo de juego con la persona que quería llegar al ídolo. El árbitro no observó una clara falta contra la comunicación y el derecho de todos los televidentes a estar informados.
Como decían mis abuelos los imprevistos pueden sortear todas las previsiones. Aunque hubo  muchos controles en todas las líneas.

Una fiesta del football, con goleada, ganó Argentina y va por la final.

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